martes, 2 de abril de 2013

Menú de tierra

 Una vez leído el título de esta entrada y descartado, por obvio, que sugiera comer tierra, barro o arena, es cuando descubrís a qué me puedo estar refiriendo.
 ¿No? ¿ninguna pista? Bueno, pues pongámonos en situación.
Típica comedia romántica o sitcom, donde la chica, despechada y decepcionada, quizá humillada, ataca sin compasión un helado tamaño XXL o bien un trozo de tarta que empalaga sólo con mirarlo. El dulce la reconforta, parece que calme su desgracia. Pero alguna vez nos hemos preguntado por qué la susodicha no devora un plato de jamón, unas aceitunas o un bocadillo de atún?


  Pues bien, esto es porque en una separación amorosa, el elemento tierra (que se relaciona con el sabor dulce) es el gran afectado. Para calmarlo, pobrecito, le damos dulce a toneladas.
 Dejemos atrás a la rubia oxigenada y defraudada porque el chico más popular del insti se ha ido con otra al baile de fin de curso.
 Ahora estamos en el día a día. Cómo podemos notar que nuestro elemento tierra no está como debería? Lo más evidente es el enganche al azúcar que casi todos tenemos o hemos tenido, que se expresa en deseos irremediables de llevarse algo dulce a la boca. No tan evidente son los famosos "bajones" de azúcar que le dan a algunas personas y que se consideran como algo normal en nuestra sociedad. Las alteraciones de la glucemia en sangre son un posible indicador de una tendencia a padecer diabetes en un futuro.
 Dejando de lado los síntomas más físicos, vayamos a indagar qué puede sentir la chica del helado que no va a ir al baile con el capitán del equipo de fútbol. Seguramente falta de confianza, pensamientos obsesivos sobre lo ocurrido una y otra vez,  dudas, decepción, sentimiento de pérdida, falta de apetito durante un tiempo...
 Sin llegar al tópico de este personaje, cada uno/a de nosotro/as tiene que reconocer cuándo se siente la rubia oxigenada en su día a día, autocompadeciéndose y sintiéndose una víctima de quien sea o de lo que sea. Pongo mi granito de arena (o tierra, jijiji) para que el victimismo no nos lleve a meter la cabeza en helado de merengue con trocitos de cookies caramelizadas.




Y el menú consta de...
- Puré de mijo
- Azukis con calabaza
- Un poquito de chucrut
- Nishime de cebolla, zanahoria, hinojo y repollo con pipas aliñadas con vinagre de umeboshi.
- Tarta de plátano de postre (con base de pan germinado)




4 comentarios:

  1. ¡Hola de nuevo! Me gusta la idea de cocinar las verduras en su propio "jugo", sin apenas aceite ni agua, pero no sé cómo hacerlo. ¿Se echa un poco de agua al principio y se vigila que el agua que sueltan las verduras sea suficiente?, ¿o conviene cocinarlas en un recipiente especial, tipo wok? ¡Gracias!

    ResponderEliminar
  2. Hola, Tais. La manera correcta de hacer un nishime es poniendo un trocito de alga kombu (previamente remojada) en el fondo de la cazuela; disponer las verduras por capas y en trozos gruesos y ligeramente saladas(cebolla, zanahoria, nabo, hinojo,calabaza, col...) y un poco de agua para que haga vapor. En el momento que comience el vapor, se baja el fuego al mínimo y se tapa para dejar que se haga unos 20 minutos. El wok no es buena idea porque está pensado para preparaciones rápidas, donde las verduras quedan "al dente" y no es la idea. Si no tienes kombu, puedes hacerlo sin ella hasta que la consigas. Saludos!

    ResponderEliminar
  3. ¡gracias por la aclaración! hoy voy a probar a hacerlo sin kombu, porque no me toca ir a la capital y estas cosas en el pueblo no las encuentro. cuando consiga el sarraceno, probaré también a hacer la crêpe con ensalada y aguacate. ¡ñami!

    ResponderEliminar
  4. Hola!!!! me gusta mucho tu blog ya que estoy empezando con la macrobiótica...."pero sin fanatismos, ni culpas",..... lo único que me faltan las recetas!!!! com o preparo los menús que recomiendas¿? Mil gracias, saludos!!

    ResponderEliminar